Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque me habían sobrado lo motivos en lo últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de haberlo intentado. Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos ocuros del cazador al otro lado de la gran habitación. Éste me devolvió la mirada complacido. Seguramente, morir en lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una buena forma de acabar. Incluso noble. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión. El cazador sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para matarme.


domingo, 3 de octubre de 2010

Tiempo en el que miraba al futuro con más esperanzas que miedo.

Dicen que através de las palabras el dolor se hace más tangible. Que podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto más cerca lo sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del organismo enferma tambien. Pero yo siempre he creido que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo..más injusto.

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