Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque me habían sobrado lo motivos en lo últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de haberlo intentado. Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos ocuros del cazador al otro lado de la gran habitación. Éste me devolvió la mirada complacido. Seguramente, morir en lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una buena forma de acabar. Incluso noble. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión. El cazador sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para matarme.


lunes, 25 de octubre de 2010

Consejo de amiga.

Para pasar una rayada no hay nada mejor que dormirse, dormirse y cuando te despiertes, ya te hayas olvidado de todo ese malestar. Vete a dar una vuelta, dale unas vacaciones a tus sentimientos, encuentrate a ti, y cuando te hayas encontrado completamente, vuelve a buscarlos y quédate con ellos. Haceros de nuevo una misma persona, como antes, nada mas que ahora sin rayadas de esas.

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