Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque me habían sobrado lo motivos en lo últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de haberlo intentado. Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos ocuros del cazador al otro lado de la gran habitación. Éste me devolvió la mirada complacido. Seguramente, morir en lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una buena forma de acabar. Incluso noble. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión. El cazador sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para matarme.


lunes, 29 de noviembre de 2010

- ¿Cómo se olvida? No recordando. ¿Cómo se recuerda? A partir de los sentidos. ¿Qué quiere decir esto? Una imagen, o un sonido, o un aroma digamos, te despiertan un recuerdo. ¿Lo que tenemos que hacer? Tenemos que anular los sentidos.
- Está totalmente loco. Aunque a mi me deje ciega, sorda y muda, yo igual me voy a seguir acordando de todo. Te voy a tomar un examen yo a tí: por ejemplo, piensa en un elefante rosa. Ahora olvidate del elefante. Ahora responde mi pregunta: ¿de qué te dije que te olvidaras? Ves, es imposible olvidarse de lo que uno sabe que ya se olvidó. La memoria no está en la cabeza. ¿no te puedes olvidar de un simple elefante rosa que te dije y quieres que yo me olvide de toda una vida de recuerdos? Millones de recuerdos inolvidables son lo que nos hacen ser lo que somos. La memoria se podrá dormir, pero nunca se muere, está en el corazón. Las vivencias, las frustraciones, los sueños, todo revuelto y listo para salir en la primera de cambio. ¿Sabés que? Yo podré quedarme aquí toda la eternidad, pero los recuerdos son míos.

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