Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque me habían sobrado lo motivos en lo últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de haberlo intentado. Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos ocuros del cazador al otro lado de la gran habitación. Éste me devolvió la mirada complacido. Seguramente, morir en lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una buena forma de acabar. Incluso noble. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión. El cazador sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para matarme.


jueves, 13 de enero de 2011

Gracias por existir.


Vuelvo a encontrarle sentido a las cosas. He vuelto a recueperar la razón, sí, esa que perdí hace tiempo. No sé lo que he echo, ni como, pero ahora no me veo triste, es más, tengo un subidón de alegría impresionante.

Me he dado cuenta, por fin, de lo que tengo y no tengo; de lo que quiero y no quiero; ya sé todos mis propósitos; tengo las ideas claras; tengo mis deseos apuntado en un papel; tengo una libreta en la que apunto a la gente que debo igorar para que no me haga daño; y tengo escrito las cosas que debo y no debo hacer.

Una de las cosas que tengo y quiero son tu sonrisa, tu mirada y a tí.

Uno de mis propositos, ideas y deseos es pasar una vida entera a tu lado, y tú al mío.

Y por último, unas de las cosas que debo hacer son cuidar que tu sonrisa no desvanezca nunca, conseguir que tus ojos sigan brillando para siempre como lo hacen ahora..


Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario