Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque me habían sobrado lo motivos en lo últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de haberlo intentado. Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos ocuros del cazador al otro lado de la gran habitación. Éste me devolvió la mirada complacido. Seguramente, morir en lugar de otra persona, alguien a quien se ama, era una buena forma de acabar. Incluso noble. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión. El cazador sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para matarme.


miércoles, 25 de agosto de 2010

untittled.




Ahora mismo podria escribir un libro con todas los sentimientos acumulados que tengo. Si, la gran mayoría son malos, pero supongo que por poco tiempo. No tengo razones aparentes para estar así: para comportarme como una niña pequeña y caprichosa que en un instante lo quiere todo, pero a la vez no quiere nada. Si escribo es porque me he dado cuenta de que estando triste es la mejor manera de desahogarse, es como si me quitara un peso de encima. Aunque he aprendido que hay otra tanta maneras de desahogarse, claro está:
Contandoselo a los amigos, opción que no descarto para nada, ya que el apoyo y los consejos de un amigo nunca están de más.
Gritando, pero no hay ganas.
Escribiendo las cosas en papel y quemarlas, me lo enseñó una buena amiga, y me gusta bastante.
Yo voy a lo simple, prefiero escribir.
Lo siento mucho por la gente a la que le ha tocado aguantarme, y más estando así, como ahora. No me gusta que la gente tenga una imagen mía como de amargada, pero tampoco de alegre, porque no lo soy; es más, me considero una persona seria, que si se tiene que reir, se rie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario